La clase del viernes la dedicamos a profundizar en lo que ya empezamos el día anterior: la relación de nuestros cuerpos entre ellos mismos, entre todos y entre ellos y el espacio y comenzamos a realizar movimientos más complejos, composiciones de movimientos más interesantes y jugamos más con los ejes principales y todo tipo de relaciones.
Aunque antes de nada, comentamos los ejercicios de semana: la segunda ronda de máscaras y los dibujos de la clase anterior.
Tras un buen rato, nos dividimos en grupos de seis y, con palos, nos colocamos en una región del espacio con las paredes cubiertas de papel para dibujar en ellas.
Comenzamos experimentando con nuestro cuerpo y ese espacio, esa pared imantada. De un imán que atraía cuerpos. Cuerpos con prolongaciones. Cuerpos que dejaban rastros. Y, unos observando, otros danzando, otros pensando… fuimos experimentando con el lugar.
Pasamos entonces a dibujar: primero con técnica seca y rastros fáciles, sencillos, visibles, básicos… unos bailaban, se movían; otros dibujaban, plasmaban los recorridos, los rastros, las sombras; otros observaban…
Pasó el tiempo y cogimos el acrílico, metimos fuerza al dibujo, resaltamos lo importante, remarcamos los recorridos, seguimos moviéndonos, colonizando…
Y seguimos…